La rosa mosqueta es una baya que guarda silencio en su interior. No tiene un olor fuerte, ni un sabor intenso, ni aspira a la supremacía. Pero si se deja reposar en agua caliente durante la noche, se obtiene una bebida que fomenta la paz interior.
Para prepararla, basta con un puñado de bayas y un litro de agua tibia. Vierta, tape y deje reposar hasta la mañana siguiente. No hierva. Por la mañana o por la noche, cuele y beba a pequeños sorbos.
Esta decocción no es para calmar la sed. Es para poner punto final a su interior. Después, no querrás comer, hablar ni dar explicaciones. Quieres ser.
Una bebida que no desafía al cuerpo, sino que lo abraza con su presencia.
Decocción de rosa mosqueta: una bebida profunda para relajarse
